Tolosa

Tolosa es una de las ciudades más bonitas de Guipúzcoa. Ubicada en el centro de la comarca Tolosaldea, llegó a ser capital de provincia desde el 1844 al 1854. Se sitúa en el valle del río Oria, río que la cruza.

Se conoce a la ciudad por su incesante actividad cultural y su rica gastronomía.

Lugares de interés

El núcleo medieval de Tolosa se conserva como al principio de sus tiempos. Sus calles son estrechas y se organizan en torno a plazas repletas de monumentos históricos.

La Iglesia de Santa María (siglo XVII) destaca por la belleza de su fachada barroca. Tiene tres naves y bóvedas de crucería. Se conoce al movimiento artístico que sigue como Gótico Vasco.

El ayuntamiento barroco, la plaza Euskal Herria y el convento de Santa Clara son algunos otros de los elementos más relevantes de su oferta patrimonial. Del mismo modo lo son todos los palacios antiguos: Aramburu, Atodo y Idiakez.

Fiestas

Los Carnavales de Tolosa son los más antiguos de Guipúzcoa y la fiesta más querida por la población. Franco los llegó a prohibir, aunque no dejaron de celebrarse en ningún momento.

Las fiestas patronales se celebran para San Juan en junio. Aparte de la típica hoguera de esta festividad, destaca el baile tradicional llamado Bordon Dantza.

El Certamen Coral se celebra en la ciudad desde el año 1969. En él participan grupos vocales y grupos de todo el país. A este, además, hay que sumarle el Festival de Marionetas; las jornadas Amalur de naturaleza, viajes y antropología; y los sempiternos espectáculos musicales de grupos vascos.

Gastronomía

La gastronomía típica de la ciudad tiene un carácter muy personal. Quién no conoce la alubia de Tolosa. Si tú no la conocías deberías venir y probarla. Es una alubia negra y uniforme que no tiene nada que ver con el resto de alubias del mundo. Debido a sus características especiales, tiene una manera especial de cocinarse. La alubia es su producto estrella y uno de sus símbolos. Hay un concurso dedicado a las alubias de la región y una cofradía tiene el nombre de Alubia.

Lejos de la alubia, el txuletón también es un plato destacado. A él también le dedican una feria en diciembre.

En cuanto a dulces, la ciudad destaca por su fama pastelera. El museo de la repostería es suficiente símbolo de ello. Los postres más típicos son: los xaxus, los cigarrillos y las tejas.